lunes, 26 de octubre de 2009

¿Dónde está mi videoclub?

Leyendo en la prensa hace un par de días (El País o El Mundo, no he localizado el artículo), se comentaban las dificultades que están poniendo las empresas propietarias de los derechos a la distribución de música o de cine.
En mi pueblo, en Canarias y de tamaño medio, había unos 6 ó 7 videoclubs donde habitualmente alquilaba mis películas. Como ocurre en la mayoría de los sitios han ido cerrando progresivamente. Internet claro, dirán algunos. Sí claro, internet y la política que han seguido las majors cinematográficas y sus hábiles directivos. Que a estas alturas todavía no hayan dado con un sistema para distribuir legalmente y a un precio razonable sus películas clama al cielo. Usuarios dispuestos a pagar un precio justo por ver cine en casa hay muchos. La calidad de las películas bajadas de internet por P2P es muy pobre e, insisto, somos legión los que pagaríamos por disponer de un sistema de descarga o streaming que nos ofrezca calidad y rapidez, aparte de seguridad en las descargas.
Pero no se preocupe, la industria ha dado con la solución: blu-ray. Sí, blu-ray. Pretenden que pague 30 eurazos por Gladiator (último estreno como usted sabe). 30€, 5000 de las antiguas pesetas, casi un 5% de un sueldo mínimo, por un producto que voy a ver una vez. Señores, por Dios, no se han dado cuenta que la gente lo que quiere son productos actuales, con acceso inmediato y a un precio razonable. Más le valdría al Ministerio de Cultura dejar de vendernos carretas (perseguir la piratería) y buscar fórmulas para que usemos los nuevos medios de transporte (maneras positivas de promover el uso de la red para el acceso a la cultura).

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