viernes, 24 de septiembre de 2010

La reformas politicas al desnudo

En la revista Investigación y Ciencia de julio del 2010 se publica un pequeño artículo de Jeffrey D. Sachs (Reformas políticas a ciegas) en el que se habla de las reformas políticas,  centrándose en cómo se llevó a cabo la reforma sanitaria en EE.UU
 Dado su interés, hacemos un resumen del mismo.

"La larga y controvertida disputa sobre la reforma sanitaria en EE.UU. ha puesto al descubierto debilidades básicas en el proceso de gobierno. Como sucede a menudo, los políticos y miembros de grupos de presión han acapardo los temas de mayor complejidad, dejando que los expertos y la población se ocuparan sólo del análisis de asuntos marginales. Aunque la ley definitiva aumenta la cobertura, razón por la que la apoyo, se queda corta en las medidas necesarias para rebajar los costes y mejorar los resultados sanitarios".

Jeffrey D. Sachs (JDS), indica que en los 14 meses de debate sobre la asistencia sanitaria:
  • La administración no presentó un libro blanco con un análisis político claro sobre los objetivos, los métodos y los resultados esperados de las reformas planteadas.
  • La única evaluación hasta cierto punto sistemática de las propuestas legislativas la llevó a cabo la Oficina Presupuestaria del Congreso.
  • No hubo análisis independiente sobre otras cuestiones fundamentales
  • No se examinaron ni se debatieron con coherencia las verdaderas consecuencias de la ley en la sanidad.
Se celebró una cumbre sobre asistencia sanitaria cuando se estaba tramitando la ley:
  • La cumbre duró un día.
  • Se reunieron el presidente, el vicepresidente, la ministra de Salud y Servicios Humanos, el aseson principal del presidente en cuestiones de sanidad (un abogado) y 38 miembros del Congreso.
  • Participaron  tres médicos, congresistas republicanos que se oponían a los planes de la administración.
  • NO hubo: especialistas en sanidad pública, economistas de la salud, portavoces de la sociedad civil, líderes de organizaciones de conservación de la salud, ni representantes de otras organizaciones de asistencia sanitaria.
  • En la reunión se discutió quién pagaría qué, y no cómo organizar las prestaciones sanitarias para conseguir mejores resultados a bajo coste.
Y no piensen que es que ya se había celebrado un debate previo con los verdaderos expertos, no, al parecer, el proceso inicial estuvo determinado por cálculos políticos y grupos de presión, sin participación informada de la ciudadanía (se expresaron en tertulias y blogs). Nunca se invitó de modo sistemático a los expertos para opinar o debatir sobre la ley y ayudaran a la ciudadanía y a los políticos a entender los problemas.
No hubo documentos políticos claros de la administración, por lo tanto la población no se implicó en el proceso, y tan sólo asomaron las reacciones viscerales y los sentimientos de temor avivados pro los presentadores de programas de entrevistas.

A continuación JDS indica que "a menudo nuestro sistema político se olvida de recurrir a los más preparados para encontrar soluciones inteligentes a nuestros problemas".  Habla luego de una situación similar con la cuestión del cambio climático y el conflicto de Afganistán, donde hay una falta de conocimiento sobre la realidad de ese país y poca información a los ciudadanos.

Sugiere que cada vez que haya que realizar un cambio legislativo importante debe elaborarse un documento previo que permita un debate constructivo. Por supuesto, es necesaria la participación de los expertos en las diversas áreas, y esas opinones deben estar abiertas a la ciudadanía. También nos indica que se deben elaborar dos tipos de documentos, uno técnico y otro que pueda entender un ciudadano normal, permitiendo su participación en el debate.

Los problemas actuales son muy complejos, y por lo tanto, no deben quedar únicamente en manos de los políticos, que por su formación son en general inexpertos en su abordaje y solución.

No es difícil trasladar estas ideas a la toma de decisiones en nuestro gobierno nacional, autonómico o local. Piensen en la mayoría de los concejales de sus ayuntamientos y digan ustedes cuántos de ellos gestionarían unos recursos similares a los que gestionan si trabajasen en el sector privado, donde la exigencia de resultados es mucho mayor. Hasta que el político profesional no asuma que su única función es gestionar a esos grupos de expertos, al menos en los temas más complejos, para obtener soluciones de consenso basadas en una evidencia, nos seguirá yendo igual. No hace falta poner ejemplos.

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